Berlín, 19 de Abril de 1945. Último discurso de Joseph Goebbels

Si nuestros enemigos imponen su voluntad,la humanidad naufragara en un mar de sangre y de lagrimas.Habrá guerras y mas guerras que se sucederán prácticamente sin interrupción.Sin duda serán mas reducidas y mas aisladas geopolíticamente que esta guerra porque ya nadie se atreverá tan irresponsablemente a provocar una hecatombe semejante a la actual.Los hombres se mataran por poseer las cosas mas superfluas y banales.Las plutocracias naufragaran en una desesperada carrera por dar cada vez mas lujos a la humanidad corrompida por la molicie.Al final las plutocracias terminaran por no poder dar de comer a una población cada vez mas numerosa.Y vendrá otra vez el bolcheviquismo a ofrecer tentadoramente las mismas soluciones falsas que nos ofrecieron a nosotros.Y aquellos que querrán poner remedio a este estado de cosas no tendrán otra alternativa que volver la vista hacia lo que nosotros hicimos y hacia aquello por lo cual seguiremos peleando hasta el amargo final.Aquellos que quieran mejorar este mundo decadente y corrupto tendrán que comprender plutocracia y bolcheviquismo no son los dos únicos caminos para redimir a la Humanidad de la miseria y el fracaso.Por que hay un tercer camino que es el nuestro.Vendrán hombres que aun sin mencionarnos,porque les estará prohibido o porque temerán hacerlo,intentaran transitar por este camino nuestro.Y serán combatidos y traicionados al igual que nosotros lo fuimos.Pero al final VENCEREMOS porque lo bueno y lo verdadero siempre triunfa en este mundo!

miércoles, 7 de marzo de 2012

Apostasia en la Iglesia

Abrumado por las peleas en las cumbres del Vaticano entre cardenales y altos prelados, que mellan su prestigio con documentos filtrados a la prensa y que intensifican las “murmurationes” de que podría renunciar en un futuro no lejano, el Papa Benedicto XVI, de casi 85 años, agrega otro motivo de profunda preocupación pocos días antes del Consistorio en el que promoverá 22 nuevos cardenales.

Se está expandiendo el movimiento del “Llamado a la desobediencia” , nacido en Austria y ahora con ramificaciones importantes en Irlanda, Alemania, Francia y Eslovaquia. No faltan los simpatizantes en América Latina, EE.UU. y Australia, publica hoy clarin.com.ar.

El Papa teme al primer cisma progresista, apoyado por cientos de curas y una patrulla de obispos. “No tememos excomuniones ni queremos un cisma, sino que la Iglesia nos escuche y dialogue”, explica el ya popular “Lutero austríaco”, padre Helmut Schueller, con 59 años, líder de la “Iniciativa de los párrocos”, que cuenta con el apoyo de 400 sacerdotes en Austria.

Los sondeos demuestran que la mayoría de los 4.000 curas austríacos, un país de hondas tradiciones católicas tradicionalistas, que vive un proceso de vertiginoso triunfo del laicismo y de distanciamiento de los fieles de una Iglesia que consideran anclada en el pasado, simpatizan con el movimiento que nació en junio pasado con el “Llamado a la desobediencia”, que firmaron 329 curas.


Se dice que un millar de sacerdotes viven en pareja y hasta secretamente casados.

Monseñor Schueller fue exiliado a párroco de San Esteban, en Probstdor, un suburbio de Viena, donde fue presidente de la Caritas austríaca y estrecho colaborador del cardenal Christian Schoenborn, un progresista en favor del celibato voluntario y que ha sido uno de los pupilos favoritos del Papa Joseph Ratzinger. El cardenal Schoenborn está naturalmente en contra de la “Iniciativa de los párrocos”, pero hasta ahora resistió las presiones desde dentro de la Iglesia local y de las congregaciones vaticanas para que comience a dar el escarmiento que merecen los rebeldes porque “las sanciones serían contraproducentes”.

Los “desobedientes”, equivalente en versión sotana de los “indignados”, reclaman terminar con el celibato obligatorio, permitir la comunión de los divorciados vueltos a casar, imponer el sacerdocio femenino, darle a los fieles laicos un rol más importante en la eucaristía, permitiéndoles predicar y administrar los sacramentos sin una misa cuando no hay sacerdotes, además de ordenar a los “Viri probati”, fieles casados y con hijos de probada fe que puedan convertirse en sacerdotes sin renunciar a su familia. Y respetar a los homosexuales, bendiciendo las uniones.