Para
todos aquellos que nos sentimos patriotas y que luchamos por España,
para que su pasado no sea mancillado y prostituido y sobre todo para que
su futuro sea de prosperidad y conserve la señas de identidad que nos
hacen únicos, ha nacido un nuevo enemigo.
Este enemigo no es otro que el eurosionismo que ya era conocido por nuestros partidos hermanos en buena parte de Europa. Ahora, como no podía ser menos, ha hecho aparición en el panorama nacional y lo ha hecho con la pujanza y el brío que solo el vil metal puede dar en una sociedad en la que se compran y venden voluntades y donde la repercusión mediática depende más de intereses bastardos que de la honradez ideológica y el trabajo.
¿Qué es el eurosionismo? El eurosionismo es la infiltración de movimientos patrióticos europeos por parte del lobby sionista. Es fácil reconocer a estos nuevos movimientos, centran toda su atención en la inmigración islámica, obviando la inmigración subsahariana, la de amerindios o, por qué no decirlo, la apisonadora cultural norteamericana.
En toda Europa los patriotas, durante décadas, hemos visto con una mezcla de asombro y repugnancia cómo la progresía occidental se alineaba con posturas políticas que eran ajenas a nuestros intereses, y en no pocas ocasiones, más que ajenas, sencillamente opuestas a los intereses de sus compatriotas.
Con esta forma de actuar se ganaron a pulso el apelativo de "los tontos útiles de la izquierda".
Hemos visto a nuestros sindicatos defendiendo los papeles para todos para destruir nuestro mercado laboral. Hemos visto a lo más granado de la izquierda defender la igualdad de derechos de un extranjero a la hora acceder a las ayudas sociales aún a sabiendas de que eso dejaba fuera de dicha ayudas a la mayoría de nuestros compatriotas. O cómo se calificaba de enriquecimiento multicultural lo que simple y llanamente era la destrucción de nuestra identidad.
Pues siéntense y disfruten del lamentable espectáculo, porque ahora ha llegado el turno de los "tontos útiles del sector patriótico", gracias a los cuales la defensa de la identidad europea será transformada en en una lucha anti islámica. Ahora los latin king son tolerables siempre y cuando no recen en dirección a la meca, y el perreo a ritmo de reggaeton es un espectáculo edificante que alegra nuestras calles mientras no se baile a con el velo puesto. Ya no importa defender nuestra identidad frente a agresiones externas, ahora lo importante es ser anti islámico.
Pero lo peor y más peligroso de esta corriente política es su incondicional postura pro israelí. No tengo nada contra Israel, pero creo que la única lealtad inquebrantable de un patriota debería ser para con su país, y en todo caso lealtad para con sus países hermanos del resto de Europa con los que compartimos cultura, historia e intereses geoestratégicos.
Veremos como contra toda lógica estos nuevos patriotas nos animarán a tomar posturas en política internacional frente a los históricos enemigos de Israel, sin importar si estos enemigos también lo son nuestros. Los eurosionistas se han puesto bajo la tutela de un poderoso lobby que defiende intereses que nos son ajenos.
Los identitarios europeos debemos hacer un esfuerzo para mantener claras nuestras ideas, debemos luchar por mantener nuestra identidad étnica y cultural libre de injerencias y agresiones, vengan de donde vengan. Y debemos luchar para detener la sangría económica que supone la inmigración descontrolada, especialmente para nuestras clases menos favorecidas, independientemente de dónde venga dicha inmigración y sin centrarnos exclusivamente en su credo.
Y por último debemos resistirnos a toda costa a convertirnos en la infantería de choque de un estado como el israelí, involucrándonos en conflictos que nos son ajenos y donde no arriesgamos nada salvo la vida de nuestros soldados, tal y como le ha ocurrido a Estados Unidos.
Durante una reunión del Gabinete Israelí, Simon Peres, Ministro de Asuntos Exteriores en aquel momento, dijo que "Si continúa la política israelí de violencia continuada, esto hará que los EE.UU. se vuelvan contra nosotros". A esto respondió Ariel Sharon: "Cada vez que hacemos algo, me dices que los americanos harán esto y lo otro. Te quiero decir algo muy claramente: no te preocupes de la presión americana hacia Israel, nosotros, los judíos, controlamos América, y los americanos lo saben" (Fuente: IAP News 3-0-2001).
No permitamos que esto nos ocurra, y mucho menos de la mano de personajillos que se dicen patriotas. Un verdadero patriota nunca pone su nación a los pies de potencias extranjeras por muy rentable económicamente que esto pueda ser.
Este enemigo no es otro que el eurosionismo que ya era conocido por nuestros partidos hermanos en buena parte de Europa. Ahora, como no podía ser menos, ha hecho aparición en el panorama nacional y lo ha hecho con la pujanza y el brío que solo el vil metal puede dar en una sociedad en la que se compran y venden voluntades y donde la repercusión mediática depende más de intereses bastardos que de la honradez ideológica y el trabajo.
¿Qué es el eurosionismo? El eurosionismo es la infiltración de movimientos patrióticos europeos por parte del lobby sionista. Es fácil reconocer a estos nuevos movimientos, centran toda su atención en la inmigración islámica, obviando la inmigración subsahariana, la de amerindios o, por qué no decirlo, la apisonadora cultural norteamericana.
En toda Europa los patriotas, durante décadas, hemos visto con una mezcla de asombro y repugnancia cómo la progresía occidental se alineaba con posturas políticas que eran ajenas a nuestros intereses, y en no pocas ocasiones, más que ajenas, sencillamente opuestas a los intereses de sus compatriotas.
Con esta forma de actuar se ganaron a pulso el apelativo de "los tontos útiles de la izquierda".
Hemos visto a nuestros sindicatos defendiendo los papeles para todos para destruir nuestro mercado laboral. Hemos visto a lo más granado de la izquierda defender la igualdad de derechos de un extranjero a la hora acceder a las ayudas sociales aún a sabiendas de que eso dejaba fuera de dicha ayudas a la mayoría de nuestros compatriotas. O cómo se calificaba de enriquecimiento multicultural lo que simple y llanamente era la destrucción de nuestra identidad.
Pues siéntense y disfruten del lamentable espectáculo, porque ahora ha llegado el turno de los "tontos útiles del sector patriótico", gracias a los cuales la defensa de la identidad europea será transformada en en una lucha anti islámica. Ahora los latin king son tolerables siempre y cuando no recen en dirección a la meca, y el perreo a ritmo de reggaeton es un espectáculo edificante que alegra nuestras calles mientras no se baile a con el velo puesto. Ya no importa defender nuestra identidad frente a agresiones externas, ahora lo importante es ser anti islámico.
Pero lo peor y más peligroso de esta corriente política es su incondicional postura pro israelí. No tengo nada contra Israel, pero creo que la única lealtad inquebrantable de un patriota debería ser para con su país, y en todo caso lealtad para con sus países hermanos del resto de Europa con los que compartimos cultura, historia e intereses geoestratégicos.
Veremos como contra toda lógica estos nuevos patriotas nos animarán a tomar posturas en política internacional frente a los históricos enemigos de Israel, sin importar si estos enemigos también lo son nuestros. Los eurosionistas se han puesto bajo la tutela de un poderoso lobby que defiende intereses que nos son ajenos.
Los identitarios europeos debemos hacer un esfuerzo para mantener claras nuestras ideas, debemos luchar por mantener nuestra identidad étnica y cultural libre de injerencias y agresiones, vengan de donde vengan. Y debemos luchar para detener la sangría económica que supone la inmigración descontrolada, especialmente para nuestras clases menos favorecidas, independientemente de dónde venga dicha inmigración y sin centrarnos exclusivamente en su credo.
Y por último debemos resistirnos a toda costa a convertirnos en la infantería de choque de un estado como el israelí, involucrándonos en conflictos que nos son ajenos y donde no arriesgamos nada salvo la vida de nuestros soldados, tal y como le ha ocurrido a Estados Unidos.
Durante una reunión del Gabinete Israelí, Simon Peres, Ministro de Asuntos Exteriores en aquel momento, dijo que "Si continúa la política israelí de violencia continuada, esto hará que los EE.UU. se vuelvan contra nosotros". A esto respondió Ariel Sharon: "Cada vez que hacemos algo, me dices que los americanos harán esto y lo otro. Te quiero decir algo muy claramente: no te preocupes de la presión americana hacia Israel, nosotros, los judíos, controlamos América, y los americanos lo saben" (Fuente: IAP News 3-0-2001).
No permitamos que esto nos ocurra, y mucho menos de la mano de personajillos que se dicen patriotas. Un verdadero patriota nunca pone su nación a los pies de potencias extranjeras por muy rentable económicamente que esto pueda ser.