Berlín, 19 de Abril de 1945. Último discurso de Joseph Goebbels

Si nuestros enemigos imponen su voluntad,la humanidad naufragara en un mar de sangre y de lagrimas.Habrá guerras y mas guerras que se sucederán prácticamente sin interrupción.Sin duda serán mas reducidas y mas aisladas geopolíticamente que esta guerra porque ya nadie se atreverá tan irresponsablemente a provocar una hecatombe semejante a la actual.Los hombres se mataran por poseer las cosas mas superfluas y banales.Las plutocracias naufragaran en una desesperada carrera por dar cada vez mas lujos a la humanidad corrompida por la molicie.Al final las plutocracias terminaran por no poder dar de comer a una población cada vez mas numerosa.Y vendrá otra vez el bolcheviquismo a ofrecer tentadoramente las mismas soluciones falsas que nos ofrecieron a nosotros.Y aquellos que querrán poner remedio a este estado de cosas no tendrán otra alternativa que volver la vista hacia lo que nosotros hicimos y hacia aquello por lo cual seguiremos peleando hasta el amargo final.Aquellos que quieran mejorar este mundo decadente y corrupto tendrán que comprender plutocracia y bolcheviquismo no son los dos únicos caminos para redimir a la Humanidad de la miseria y el fracaso.Por que hay un tercer camino que es el nuestro.Vendrán hombres que aun sin mencionarnos,porque les estará prohibido o porque temerán hacerlo,intentaran transitar por este camino nuestro.Y serán combatidos y traicionados al igual que nosotros lo fuimos.Pero al final VENCEREMOS porque lo bueno y lo verdadero siempre triunfa en este mundo!

miércoles, 14 de marzo de 2012

Testimonios de José Antonio.


Orientaciones:
La justificación del autor para acometer el gran reto de bu­cear en las simas de su personaje revelación fue un deseo expresa­do por José Antonio, el 11 de mayo de 1934, en Chamartín de la Rosa, a la Condesa de Yebes, manifestado en un autógrafo, cuan­do escribió: “Dejo mi biografía para los historiadores superficiales. Claro está que una biografía interna halagaría mi parecer; aunque es de suponer que esa labor sólo podría realizarla alguien que con­tase con una documentación exhaustiva y se propusiese además, una indagación introvertida de mi persona”. Aquel augurio reivindicativo de José Antonio, fue un mandato y una metodología para Enrique Pavón Pereyra, quien buscó los manantiales auténticos más diáfanos y trató siempre a José Antonio desde lo más intimo de su ser y no de forma epidérmica y tangencial, sino seria, pro­funda y de gran calado.
[…] De forma simultánea, en 1947, se editaba en Buenos Aires, la presente obra “Testimonios de José Antonio”, que por vez primera se publica hoy en España, y lo hacía entonces, según consta en una “Advertencia” preliminar, como un opúsculo auxiliar compuesto mientras trabajaba en lo que él denomina la Obra de fondo, “Con­fesiones de José Antonio”, en proceso a alumbramiento en la capi­tal de España. Para la confección de sus “Testimonios”, Pavón Pereyra se basa en aquellos autores que él denomina sin ambages co­mo “clásicos de la Falange”, dando al sentido “clásico” la herme­néutica de lo auténtico e indubitado, de aquellos protagonistas que tuvieron vivencias compartidas por la amistad y la confianza de­positada en ellos por José Antonio, que escucharon de sus labios, en vivo y en directo, sin interferencias ni intermediarios, sus palabras y que participaron de sus afectos y sus jornadas de lucha, para di­ferenciarlos del plagio, es decir de los no clásicos. Así cita los nom­bres propios de quien recoge las referencias que configuran la esen­cia del volumen segregado, en los “Testimonios de José Antonio”, como son las aportaciones del secretario de las JONS Juan Apari­cio y de Falange Española, Raimundo Fernández Cuesta; del pa­sante de su bufete, Rafael Garcerán; de su primo Julián Pemartín; de los periodistas Eugenio Montes Agudo, a quien el 24 de febrero de 1935 la Falange, tan poco propensa a la lisonja, le ofreció un ho­menaje presidido por el propio el Jefe Nacional y los mandos de la organización, o Federico de Urrutia, etc. Era un libro, como pieza separada del trabajo troncal, que quería sirviese de recuerdo y pre­sencia en la República Argentina, coincidiendo con el décimo ani­versario de la muerte martirial de José Antonio. Los testimonio que se recogen en este volumen, compuesto en los Talleres Gráfi­cos de Domingo E. Taladriz, de la calle San Juan 3875 de los Bue­nos Aires, se acabaron de imprimir el día 1 de febrero de 1947 y son, por tanto, una granada antología de los textos y apartados, cuidadosamente seleccionados, que figurarán en la obra temática más extensa de la Vida de José Antonio.
[del prólogo de José Luis Jerez Riesco]